Los videojuegos y sus propiedades educativas

Desde la creación de esos pequeños artilugios sin color que contenían en su interior formaciones entretenidas a través de píxeles limitados, es decir, los primeros juegos de vídeos, las personas, sobre todo los más pequeños de la casa y los jóvenes, han disfrutados estos aparatos dinámicos, aprovechando sus diversas características divertidas y creciendo con la evolución de estos hasta la actualidad, donde ahora las imágenes controlables a través de un mando, son más realistas, creando una experiencia única para quién juega. Sin embargo, más allá de divertir a sus usuarios, y lograr vender más, claro está; las empresas de videojuegos han incluido dentro de sus consolas, estrategias educativas que hacen de esta tecnología un medio de estudio indirecto.

En ese sentido, se puede decir que existe una diversidad de consolas, y un sinfín de juegos que se clasifican en temas, categorías, índice por edades, género, entre otras características, que permiten su elección para todos los gustos. Sin embargo, los que mayor influencia tienen educativamente son los que ponen a funcionar el cerebro a través de estrategias. Este género permite la formulación de diversas posibilidades y la planificación, para así lograr avanzar a los diferentes niveles disponibles, lo que permite estimular el pensamiento, haciendo ganar agilidad mental a quienes disfrutan de estos videojuegos.

Por otro lado, además de los juegos de agilidad, también existen géneros de azar, aventura, plataformas, historia, entre otros, que promueven el estudio a través de mensajes visuales, y que anexan el conocimiento de manera indirecta. Uno de los ejemplos más claros de esto es la implementación de diversas lenguas en los videojuegos, lo que permite que los jóvenes aprendan a manejar idiomas diferentes al nativo, sin esforzarse mucho y aprendiendo bastante.

En fin, los videojuegos se constituyen uno de los inventos más divertidos y entretenidos, pero su impacto educativo y su capacidad múltiple de enseñanza y aprendizaje, se convierten en una herramienta que los padres no deberían subestimar, sino más bien aprovechar, de manera adecuada, para que sus hijos aprendan más, y se diviertan al mismo tiempo.

Autor(a):

Moisés Colmenares