Oriana Núñez 

INNOVACIÓN DIGITAL: El nuevo gobierno electrónico. 

Unos cuantos clics son suficientes para conectar a un sinfín de ciudadanos junto a, además de las ya reconocidas marcas y empresas, a políticos e instituciones. Más allá de la seguridad, la confianza, el horario ilimitado, el ahorro de tiempo y recursos, las ventajas de esta conexión inmediata con el estado gracias al auge de los medios electrónicos son innegables.

Ante la gran necesidad de agilizar, optimizar, flexibilizar y transparentar los procesos y las actividades del sistema público ha motivado a utilizar en forma acelerada y sustancial las tecnologías de información y comunicación para el desarrollo de aplicaciones cada vez más complejas, necesariamente apoyadas por arquitecturas dedicadas, especialmente diseñadas para trabajar de la manera más óptima, integrando sistemas, utilizando las mejores herramientas de gestión y desarrollando modelos adecuados a las diversas necesidades gracias a la creación de plataformas compatibles que logren resolver temas como la interoperabilidad, compatibilidad, acces y seguridad. 

La adopción de la tecnología le permite mejorar la calidad de los servicios a los entes gubernamentales, en el que se comparan veinte categorías de servicios públicos y privados y se evidencia cómo estos servicios ocupan las últimas posiciones, siendo las telecomunicaciones el cabecilla del ranking.

Una actitud proactiva, efectiva y decidida con base a la digitalización serán suficientes para los procesos del estado, complementando otras técnicas y herramientas en los diversos ámbitos de la gestión. Su esencialidad no va dirigido a un único fin, más aún, su carácter esencialmente instrumental requiere de la revisión, rediseño y optimización de los procesos como paso previo a la introducción de cualquier cambio en la tecnología o en las funciones de producción de las organizaciones públicas.

Los medios electrónicos son capaces de ofrecer importantes formas de interacción entre los ciudadanos y los gobiernos, incluyendo un desarrollo masivo entre las iniciativas que genera, además, un efecto multiplicador en el sector de la información. Su uso es cada vez más frecuente, y las relaciones públicas, sin él, resultan difíciles de considerar.