Axa Matute
Los líderes de equipo tienen la característica de motivar y persuadir a los equipos de trabajo; así como los líderes políticos a todo el público que los escucha. Para esto, el papel que cumple el lenguaje no verbal es sumamente significativo ya que un líder con gestos de inseguridad e incomodidad o con un tono de voz no adecuado, no podrá llegar a quien se dirige. El verdadero líder confía en sí mismo y se pone a disposición de su público, estando presente de cuerpo, de mente y espíritu.
Nuestro lenguaje corporal dice mucho. Los siguientes consejos te ayudarán a afinar la comunicación de tu cuerpo.
No hay botón de “apagado”: La postura es la preparación para todo lo que hacemos. Pregúntate cómo sería encarnarte a ti mismo en estatura. Cuando lo hagas, el primer descubrimiento es que el cuerpo inhala. Tus músculos centrales se estiran y tu pecho se expande.
Deja ir la tensión: Frente a un espejo saca tu lengua y relaja tu mandíbula, cuello y hombros al poner dos dedos en tu boca bajo tu lengua y suelta lentamente. Tu lengua debe estar más relajada, no cóncava o convexa, sólo flácida. Coloca tu otra mano debajo de la línea de tu labio formando una V entre tu pulgar y tu dedo índice y lentamente jala tu mandíbula hacia abajo.
Trata de mantener contacto visual: Como nuestra voz, nuestros ojos transmiten todo. El contacto visual nos conecta literal y figurativamente con los otros. Es una técnica crítica que te ayudará a romper con los comportamientos inconscientes que mandan las señales incorrectas a tu audiencia, como ansiedad, inseguridad o desconfianza.
Haz gestos con propósito: Esto te ayudará efectivamente a contar la historia o restar valor a lo que se expresa. En cualquier presentación, todos los gestos deben ser propositivos, no al azar, inconscientes o repetitivos.
Recuerda el saludo de manos. Esta es normalmente la primera conexión que haces con alguien. Puede parecer algo tonto ya que lo hacemos todos los días, pero es mucho más.
Un saludo de manos es un ecualizador. Transmite sinceridad, calidez y debe ser firme, pero no agresivo. No hay excepciones por la edad, sexo o estatus. Práctica estrechar la mano con un amigo o colega mientras mantienes contacto visual. No te apresures.