Oreana Pabón

En el amplio y estricto sector de las finanzas, la competencia ha logrado que el funcionamiento comercial que se mantenía deba recurrir a otros posibles mecanismos que faciliten la captación de los clientes. Si bien el mundo está atravesando una cultura digital cada vez más dinamizada capaz de consolidar ecosistemas empresariales sostenibles, llega a las firmas de abogados el Marketing Jurídico, una tendencia que representa ser un nuevo camino para optimizar las estrategias legales.

Ante esta gran oportunidad, la firma se enfrenta a una estrategia a través de la cual el marketing, las relaciones públicas, la publicidad y la parte comercial trabajen en una única dirección y de una forma global, poniendo todo el foco en un ámbito y retroalimentándose unas acciones respecto de las otras. Entre ellas, los abogados deben replantearse las fórmulas que utilizaban hasta ahora, ya que de este modo podrían conseguir mejores resultados con mucho menos esfuerzo. Además, al encontrarnos en una fase inicial de esta innovación tecnológica, las oportunidades son muchos mayores que las que serán en un futuro cuando el mercado se empiece a saturar.

Un modelo profesional que significa además la redefinición de los bufetes, pues permite reconocerlos no como una oficina más, sino como una empresa prestadora de servicios que usa todas las herramientas de gestión y mercadeo para captar y fidelizar clientes, a través del branding y la comunicación, al mismo tiempo que crecen y expanden su negocio rentable y sosteniblemente.

En este orden de ideas, el marketing jurídico se convierte en una estrategia personalizada que no solo ofrece una asesoría y una consultoría jurídica a los clientes, y es que brinda también un plan de comunicación y mercadeo como: acompañamiento y ejecución de eventos, relaciones públicas, publicaciones nacionales e internacionales, auditoría de marca, investigación y recopilación de datos, aumento del valor de la marca, monitorización de datos, entre otras acciones para posicionar y mantener el reconocimiento de la calidad de todos los servicios legales que promete una firma de abogados. Por lo tanto, su filosofía va más allá de orientar al cliente, en el que su gestión empresarial porta una gran ayuda en la toma de decisiones.