Estudiar en estos tiempos se constituye una oportunidad para subsistir en un mundo donde la competitividad lleva la bandera ondeante. Sin embargo, muchas veces las personas, a pesar de contar con un título universitario, sienten que no son lo suficientemente buenas, una inseguridad en la que intervienen múltiples factores, como la experiencia y la responsabilidad.

Si bien es cierto que una carrera universitaria tiene la finalidad de convertir a sus participantes en personas altamente capacitados en la realización de labores competentes; la responsabilidad del aprendiz tiene una mayor cuota, porque cuando el estudiante no es responsable, difícilmente será profesional.

Cabe destacar que los títulos brindan a sus portadores las herramientas necesarias para mantenerse en el mercado laboral, facilitándole los instrumentos teóricos y metodológicos para su subsistencia. Sin embargo, es sumamente necesario que los individuos, al momento de cursar estudios, se preocupen por aprender todo, y no por aprobar de manera forzada.

Por otro lado, existe un factor esencial que le asigna a los titulados, el grado de profesionalismo: la experiencia. Particularmente porque es ella quién, en base a los errores y aciertos, permite ganar habilidades y destrezas que servirán para que una persona sea considerada profesional.

Es por ello que, existe una balanza proporcional entre periodo de preparación, representado por los años que dure la carrera; y lapso de experiencia, que, por el contrario del primero, nunca se termina, sino más bien se cosecha constantemente a lo largo de los años.

De tales principios, se formulan las profesiones que Florida Global University le ofrece, añadiendo un plan de estudios –basado en aprendizaje teórico y experiencia laboral–, adquirida a lo largo de la carrera y facilitada por las múltiples herramientas que cada programa le ofrece, convirtiéndolo en un titulado completamente profesional.

Por Moisés Colmenares.